Dicen que hay que escuchar a los viejos
y es verdad.
Hay que escucharlos para entender qué dicen
pues en sus palabras está la verdad
y también la mentira.
Ellos mismos dicen
más sabe el diablo por viejo
que por diablo.
Y es verdad
y también mentira.
En realidad no hay ejemplos veraces
que nos enseñen a vivir,
pero también verdad que vivimos dentro de fractales
donde repetimos todo una y otra vez.
Aprendemos a hacer versos,
como los viejos lo hacían en sus tiempos
y repetimos las mismas palabras
sin repetir el mismo poema.
Aunque nos sacudamos el polvo
miramos el mismo espectáculo
vamos al cine a mirar los remakes
y sufrimos de amor como antaño.
Le decimos a mamá que no nos entiende
y un día nos damos cuenta
que ni ella ni tú entendían nada
porque no hay paradigmas
porque no es la misma vida
pero tampoco le es ajena.
Y ahí estás
en la misma situación absurda.
Y no les digas «te lo dije»
cuando tus hijos lleguen al mismo lugar
pues tu padre no pudo sustituirte por él
para resolver tú problema
¿Qué te hace pensar qué eres especial?
Y todo es culpa del sistema,
del dinero y la degradación humana
ahora ya no cazas liebres
ahora ya solo vives para los objetos.
Así como yo trabajo para este computador
alineando tu mente para que mañana trabajes para él
él trabaja para alguien más
él entiende que no se puede negar.
Porque mañana necesitarás algo para comer
porque mañana tus hijos harán lo mismo que tú
no igual, pero no diferente
por eso entiende
no hay paradigmas
solo historias conjuntas en un fractal
sin control ni organización
una igual a otra
sin ser nunca las mismas.